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Los suegros tóxicos suelen decir estas 10 frases

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. Escrito por

Eliana Molina

Estas frases, disfrazadas de preocupación o consejo, pueden esconder intentos de control o críticas sutiles. A continuación, exploraremos algunas de las más comunes y cómo protegerte.

“En nuestra familia siempre lo hacemos mejor así”

Este es un comentario clásico cuando los suegros comparan tus decisiones con sus propias “tradiciones familiares”. Impone un juicio sobre tus elecciones personales al insinuar que lo que ellos hacen es superior. Esta frase puede ser frustrante y desencadenar inseguridades si no estás seguro de tus propias habilidades.

Evita caer en esta trampa recordando que cada hogar tiene su propio estilo. Responde desde la calma, reafirmando que lo importante es lo que funciona para ti.

“¿No crees que deberías hacerlo diferente?”

Este tipo de comentario indirecto busca señalar que la manera en que manejas las cosas no es la correcta. Puede sentirse como un ataque discreto a tu capacidad de tomar decisiones.

La mejor forma de manejarlo es ser firme. Puedes responder algo como, “Gracias por tu opinión, pero siento que esta es la mejor opción para nosotros.”

“No cuidas bien a nuestra hija/hijo”

Pocas frases pueden resultar tan hirientes como esta. Esta crítica afecta directamente tu rol como pareja y puede sembrar dudas en tu relación. Muchas veces se presenta como “preocupación”, pero el mensaje detrás es deslegitimar tus esfuerzos.

En este caso, establecer límites claros es crucial. Explícales que tales comentarios no son aceptables ni productivos.

“Nunca vienes; parece que nos estás evitando”

¿Te suena? Este tipo de queja suele ir cargada de culpabilización emocional. Puede hacernos sentir que no estamos haciendo lo suficiente, aunque haya razones válidas para no visitar tan a menudo como quisieran.

Es importante ser honesto. Diles cómo valoras el tiempo en familia, pero establece la frecuencia de visitas según lo que funcione mejor para ti y tu pareja.

Foto Freepik

“Es una pena que no seas más como…”

Comparaciones. Una de las herramientas más tóxicas en las relaciones familiares. Tales comparaciones desvalorizan tus propias cualidades y generan resentimiento. Estas frases suelen venir acompañadas de nombres de exparejas o algún otro miembro “ejemplar” de su círculo.

Aunque pueda doler, no tomes estas palabras como un reflejo de tu verdadero valor. Es más sobre ellos que sobre ti.

“Nunca haces suficiente por la familia”

Este típico reproche cuestiona tu nivel de compromiso, dejando la sensación de que nunca serás aceptado. Este tipo de actitud busca invalidar tus esfuerzos y restar lo que aportas.

Mantén una comunicación clara y no tengas miedo de recordarle que cada persona contribuye de forma diferente.

“Menos mal que los niños se parecen a nuestra familia”

Aunque pueda parecer un comentario superficial, este tipo de afirmación busca minimizar tu presencia o rol como padre/madre. Es una forma sutil de apropiarse de los logros y cualidades de tus hijos.

Aquí, lo importante es no dejar que tales comentarios definan cómo te sientes sobre tu papel en la familia. Tus hijos no son un terreno de disputa.

“¿Por qué siempre haces las cosas a tu manera?”

Esta pregunta pone en duda tu método, como si tus decisiones nunca fueran correctas o suficientes. Con el tiempo, puede volverse agotador escuchar críticas sobre cada acción que tomes.

Acorta la conversación dejando claro que cada relación tiene su propio estilo y eso no define su éxito o fracaso.

“No queremos meternos, pero…”

Cuando alguien empieza con una frase así, es probable que lo que sigue sea una opinion que cruza el límite de lo apropiado. Esta introducción suele ser la antesala de consejos no deseados o críticas disfrazadas.

Es completamente válido decir que agradeces sus pensamientos, pero que prefieres manejar las cosas por tu cuenta.

“Todo esto es por su bien”

Bajo el paraguas de esta frase, muchas veces se oculta un intento de control. Más que ayudarte, busca justificar un comportamiento invasivo.

Puedes responder señalando que aprecias la preocupación, pero que confías en las decisiones que estás tomando. Esto reafirma tu autonomía.

Protégete estableciendo límites

Reconocer estos patrones es el primer paso para proteger tu bienestar y el de tu pareja. Si estas frases surgen repetidamente, es señal de que debes establecer límites claros.

La comunicación asertiva será tu mejor aliada. Habla con tu pareja para que ambos estén en la misma página y, juntos, definan qué es aceptable. No temas marcar distancia si sientes que las dinámicas son perjudiciales. Es esencial priorizar la relación que has construido y no permitir que las opiniones externas dicten tu felicidad.

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Eliana Molina
Eliana Molina

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